El Dr Julio de Antón señala en su Tesis doctoral “EL sentido de la violencia escolar” al
anarquismo como una de las teorías que sustentan a los antisistemas ,añadiendo en referencia a las
teorías anarquistas sobre educación que éstas fueron sostenidas por los anabaptistas,
en el siglo XVI, y puritanos ingleses del XVII, y luego en el XVIII por el
sacerdote Jean Meslier. Sus raíces se encuentran en la pedagogía anarquista que
postula una educación integral, racional, libertaria y mixta. Tolstoi, Ferrer
Guardia, Nelly y Roger son sus máximos exponentes y los iniciadores/precursores
del antiautoritarismo expresado en las escuelas, en la educación y en las
calles.
En este orden J.J. Rousseau preconizó el estado natural, anteponiendo
sentimientos y sensibilidad al conocimiento frío, y considerar a la libertad
como un derecho natural, vinculado a la igualdad. Mas tarde, Dejas, junto con
Bakunin y Kropotkin, marcarán la pauta de lo que sea el anarquismo libertario
en el terreno educativo y político.
La pedagogía libertaria rechaza a la escuela por considerarla un
instru-mento de alienación, capaz de imponer determinadas ideas que fluyen del
poder, y que frenan la sed de libertad e iniciativas. La pedagogía
libertaria aboga por una escuela que no sea instrumento de represión, laica,
capaz de transformar las conciencias para el logro de la libertad. En esta
línea la educación propende el uso de los sentimientos y el conocimiento de la
sexualidad, observación de la naturaleza, prácticas higiénicas y libertad de
experimentación, desterrando de la escuela todo aquello que no pueda ser
observado, experimentado o validado científicamente.
Ferrer Guardia, anarquista
barcelonés (1855-1909) propugnó la liberación de la ignorancia de niños y
adultos a través de la “escuela moderna”,
con carácter racionalista y científico, donde la libertad era el propósito
funda-mental, espacio donde se erradicaba cualquier imposición o arbitrariedad,
y se suprimían exámenes, calificaciones, premios, castigos, que favorecen la
desigualdad, eliminando así el espíritu competitivo .
Una experiencia libertaria es la
“antiescuela” con la pretensión de
ser la más democrática de las instituciones educativas. En principio no exige
exa-men de admisión, niveles de
conocimientos, no cobra matrículas, es gratuita y es el lugar donde el plomo
aprende a flotar y el corcho aprende a hundirse, donde las tortugas aprenden a
volar y las nubes aprenden a arras-trarse por los caminos.
Iván Illich, en el marco de
la teoría libertaria, es el padre de la educación desescolarizada, en el
sentido de que sienta el principio de que la escuela de hoy es una
institución anacrónica, que no se ajusta a las velocidades de los cambios, y
que solo sirve para dar estabilidad y proteger la estructura de la sociedad que
la produjo.
Iván Illich manifestó que la
escuela es una vieja y gorda vaca sagrada a la que critica por preparar y
adiestrar a una elite, favoreciendo el fascismo, además, por su estructura centralizada,
burocracia interna, rigidez y desi-gualdades que encubre.
Entre 1970-73, Iván Illich
impregna su discurso educativo sobre cuatro pre-misas:
A) La educación
universal por medio de la escuela no es viable.
B) La educación
universal no se producirá por nuevas actitudes de los maestros, o por la
proliferación de nuevas herramientas y métodos.
C) La burguesía
educacional debe revertir en el logro de las antitesis institucionalizadas.
D) No sólo hay que
desescolarizar las instituciones del saber, sino tam-bién el ethos de la
sociedad.
Iván Illich sostiene que el
prestigio de la escuela como proveedora de ser-vicios educativos de calidad
descansa en una serie de mitos, entre otros los que siguen:
A) El mito de los valores
institucionalizados, en el sentido de produce-ción de aprendizajes que demanda
el mercado social, postulando Illich que el aprendizaje es la actividad humana
que menos manipu-lación de terceros necesita, que no es el resultado de la
instrucción, sino de la participación de los educandos en el contexto de un
entor-no significativo.
B) El mito de la medición de
valores, aportando Illich que los valores institucionales no son medibles, como
es el caso del desarrollo perso-nal.
C) El mito de los valores
envasados, mediante los cuales la escuela ven-de curriculum. En esta concepción
el profesor es percibido como un distribuidor que entrega servicios acabados al
alumno-consumidor.
D) El mito del progreso eterno,
mediante el cual se implementan curri-culum y diplomas. La ruptura pondría en
juego el sistema económi-co.
Iván Illich ,en 1974 ,escribe
sobre “Convivencialidad” donde trata
de las instituciones que se caracterizan por su vocación de servicio a la
sociedad, por la participación voluntaria en ella de todos los miembros de la
comunidad y afirma que convivencia es la sociedad en la que el hombre controla
la herramienta. Illich afirma que un sistema educativo debe pretender tres
objetivos:
1º.-
Proporcionar a todos los que quieran educarse de todos los recursos.
2º.- Dotar a los que quieren enseñar y compartir con los que quieren
aprender.
3º.- Dar la oportunidad a cualquiera para presentar sus argumentos.
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