martes, 17 de julio de 2007

El impacto ambiental de las migraciones, Julio de Antón,publicado en la revista nº 77 del Valle de los Caídos

Ante el caudal informativo suministrado por el Gobierno, la Oposición, Shengen, Amsterdam, Dublín, Niza, Televisión, tertulias, prensa, Iglesia, Ongs, y un largo etcétera de fantasmas, es muy difícil estructurar un universo simbólico a efectos de calibrar el impacto ambiental que provocan las migraciones y la presencia de terceros extranjeros en los pueblos de Europa.
La primera evidencia del resultado «caudal informativo» respecto de la percepción integral del impacto ambiental de las migraciones de extranjeros terceros, consiste en que ésta no se produce en una uniformidad de pensamiento, no globalizándose las actitudes, motivaciones y comportamientos, y en consecuencia, el fenómeno migratorio se introyecta por sectores, géneros y edades de población, de manera diversa, generando así una posición virtualizada por los individuos y agrupaciones humanas que provocan una continua descontextualización, produciendo así estereotipos, cada día más diferentes y matizables, y lo que es más grave, llenos de intensidad emotiva. Todo ello conduce a una conciencia fundamentalista que se soporta en sentimientos, dejando al lado o reprimiendo a la reflexión, eliminando así habilidades o capacidades críticas para acercarse a aquel fenómeno. El fundamentalismo respecto de las migraciones de extranjeros terceros, puede estar presente al basarse las actitudes en las emociones.Una segunda evidencia, a colación de la anterior, consiste en la urgencia de eliminar o reducir la pantalla virtual que los seres humanos estamos aprehendiendo sobre las migraciones y extranjería de terceros, mediante una campaña intensa de neoalfabetismo o reinterpretación de aquellos fenómenos fuera de planteamientos egoístas del Norte, y sensaciones de amenazas por la existencia del Sur. El problema es ¿desde dónde se hace esa neoalfabetización?, ¿desde el Gobierno, desde la oposición, desde Bruselas, desde, desde...? En este orden, se debería pensar en el campo versado por Umberto Eco que ha puesto el énfasis en la importancia de un modelo educativo que conecte con perspectivas socio-históricas y culturales múltiples, apostando por la informática y los multimedias, esencialmente vía Internet, aprovechando la potenciabilidad del ciberespacio, con información disponible y rigor más elaborado a efectos de mejorar la condición humana, y singularmente la percepción, por todos, de la dignidad de cualquier hombre, incluso, aunque resulte paradójico, del tercer extranjero.
¿Qué vemos, qué oímos, qué leemos, qué sentimos en las pantallas, tertulias, prensa y líneas de rumor, con especial referencia a las migraciones y a los terceros extranjeros? Simplemente lo que sigue: Dominancia de imágenes, sonidos, palabras o constructos y estados de ánimo que se sitúan por encima de la propia realidad, planteando incluso su propia sustitución. Lo que se ve, se oye, se lee o se siente existe, mientras que la realidad no existe. Estamos virtualizando al tercer extranjero y sus migraciones. Al tercer extranjero se le percibe miserable, harapiento, conducido en pequeños grupos o desplazado en muchedumbre hacia otros paraísos, pero la mirada más importante consiste en visionarlos, sorprendentemente, como muertos, depositados en las playas del Norte del Sur, después de atravesar el Mediterráneo y otros mares casi muertos o que matan. Del extranjero se oye en las tertulias, generalmente todas ellas situadas en la progresía, que hay que darles toda las libertades sociales, y ¡ay de aquél que mantenga una posición contraria! Será anematizado como retrógrado, xenófobo y racista. La verdad es que las tertulias son lugares de paso. Pero fuera de estos ateneos están los soliloquios y diálogos difusos, muy sumados, entre dos, tres y más personas que cuando tocan el contenido, libre de ondas y audiencias manifiestan «sus amenazas y miedos» soltando algunos de ellos amarras, desbarrándose en descalificaciones, y si encontraran apoyo, apostar o predicar por el mantenimiento de actitudes y comportamientos intolerantes, reforzándose así manifestaciones xenófobas.
Las amenazas y miedos a la «alteridad del extranjero tercero» están presentes en las vidas discretas e íntimas de las personas, irradiándose a sus grupos/espacios de iguales, así, familia, gremio, actividad profesional, lugar de trabajo, sitios de ocio, etc. Con desiguales y ante audiencias, aunque estén presentes amenazas y miedo, las actitudes y comportamientos se ocultan, generando tópicos y estereotipos positivos o neutros para salir bien en las ondas.
Los skiners de Europa andan diciendo por ahí que los extranjeros no trabajan, gozan de los servicios sociales, sin pagar impuestos, y ligan fácilmente con las mujeres del Norte. Esa tribu sería la posición más radicalizada de percepción de amenaza de las migraciones, y por supuesto los primeros, en reprimir a los extranjeros presentes en la calle, trabajo, etc.
Desde esta perspectiva, al considerar y percibir las migraciones hacia el Norte, como un reflejo consciente de amenaza y miedo, identificándose aquélla con incrementos del paro, delincuencia, droga, pérdida de identidad (resaltado éste último factor por Marta Ferrusola y Heribert Herrera, a principios del 2000 en el espacio catalán), etc., no extraña que algunas de las decisiones de acuerdos internacionales sean la versión simbólica institucionalizada de actitudes xenófobas a compartir por los telemedios y comprehender virtualmente por los ciudadanos.
Consecuentemente, las amenazas siempre vienen del Sur. Allí está la droga, el terrorismo, prostitución, corrupción, y además, las enfermedades. El Sur se relaciona virtualmente con lo tanático, empujando a los acostados en la libido a defenderse, fortaleciendo sus fronteras externas y generando cada día más actitudes de cerramiento y de exclusa.
Desde algunos del Norte se vende del Sur, singularmente vinculado al mundo árabe, ortodoxia, fanatismo, intolerancia, radicalismo, fundamentalismo, integrismo, inmovilismo cultural, religiosidad extrema dispuesta a politizarse en comportamientos terroristas, explicándolo todo ello desde el reducionismo, la simplicidad y con el peligro que conlleva dar noticias o informar sobre lo extranjero en un contexto determinado y transmitirlo y difundirlo fuera de ese contexto, referenciandolo todo desde los valores e ideales del Norte, plasmado en acuerdos internacionales. La satanización de la extranjería y sus migraciones no extrañan en algunas conciencias de políticos y filósofos del Norte.
Según Fernández Miranda, Delegado Nacional para la Extranjería y Migración (Fenómeno de la inmigración, Revista de Documentación M.I. n° 1, diciembre 2000) la cuestión del extranjero tercero ha situado aquel fenómeno en las siguientes controversias o temores en la Unión Europea:
1. Se desconoce adónde conducirá la voluntad de poner en marcha un espacio sin fronteras interiores,
2. Los Estados Europeos soportan mal las nuevas tensiones migratorias procedentes del Mogreb y de los Balkanes.
3. Preocupa la llegada masiva de inmigrantes procedentes de Europa del Este que producirán una desestabilización económica y crisis de valores occidentales.
4. Inquieta que el extranjero pueda beneficiarse del estatuto de ciudadano de la Unión.
5. Molesta que se desvirtúe el soberanismo nacional.
En cualquier caso, el sistema capitalista y la economía global han colocado a unas naciones/pueblos como triunfadores y a otros como perdedores. En este sistema excluyente, las poblaciones de naciones perdedoras, por razones políticas, económicas, medioambientales y étnicas, se mueven, migran, hacia la llamada de las naciones ganadoras.
Las poblaciones y entre ellos los terceros extranjeros huyen de las naciones perdedoras, entre otros motivos, por los que siguen:
· Para escapar de la violencia generalizada.
· Para escapar de la pobreza, que incide esencialmente en los niños.
· Para escapar de ecosistemas frágiles en proceso de desertificación aguda.
· Para escapar de las tensiones étnicas (hay 5.000 grupos étnicos en le mundo), al definirse la identidad étnica como definitoria de nacionalidad, significando al resto o lo diferente como posibles víctimas de exterminio y supuesta limpieza.
Otros factores de huida de terceros extranjeros, procedentes de países perdedores devienen de la perspectiva de logro de renta más alta en destino, así como la posibilidad de acceder a un tipo de propiedad y usufructo de recursos. Se añaden a aquellos motivos, la capacidad de emplearse, aunque sea en precariedad y así satisfacer unas necesidades humanas básicas, esperando del Norte una seguridad institucional y estabilidad política.
A nivel fenomenológico, la primera impresión que produce la migración de terceros extranjeros es el impacto sobre la población total y sobre la población económica activa del Norte, resultando amenazante cuando aquélla supera los niveles del 14%. Lo soportable parece moverse entre el 1 y el 4%. Un segundo aspecto consiste en destacar el impacto que representa la política impositiva en el gasto público entre los gastos del Norte, obligando a los poderes públicos a generar, algunas veces por encima de sus posibilidades, políticas de salud, educación, vivienda, asignaciones familiares, programas de apoyo al desempleo, programas de pobreza, programas de empleo, etc.
Constatado que las migraciones de terceros extranjeros han impactado e impactan progresivamente en los países del Norte, estos han generado unas políticas o estrategias estableciendo una serie de controles, cada vez más férreos, siendo incapaces estos de prevenir masas de personas que entran y permanecen en estancias irregulares, facilitando así la promoción de redes y mafias. España, junto con Italia, Grecia y Portugal (los eslabones más débiles del Norte), han sido encargados por el Norte Norte de vigilar las fronteras y ejercer funciones policiales para que no entren los pobres del Sur.
Las políticas o estrategias migratorias de Europa respecto de las migraciones de terceros extranjeros, desde 1955 se dividen en cuatro periodos:
1. De 1955 a 1973, coincidente ésta, con la liberación de los controles fronterizos por el Tratado de Roma, 1957, refiriéndose más a trabajadores que a ciudadanos, necesitados Francia y Alemania, de flujos de mano de obra extranjera, atrayendo a gentes de las excolonias.
El proyecto de integración comunitaria fue egocentrista y funcionalista, por lo que el Tratado de Roma se gestó en orden económico, dejando para después la integración política. La iniciativa en 1951 de compartir el carbón y el acero en la CECA fue un buen instrumento, sirviendo éste de palanca multisectorial para constituir una unidad aduanera que se completaría en 1968. La Comunidad Europea, en 1970, se conformaba con seis países miembros, afectando sobre ella la crisis del petróleo en 1973.
2. De 1973 a 1985, coincidente con la finalización del reclutamiento masivo de mano de obra del exterior de Europa, y derivado de la crisis del petróleo (1973) que ralentiza el crecimiento, apostando la economía por el cambio tecnológico, no necesitada de obreros baratos. En este momento, el reagrupamiento familiar sería la clave para ingresar de nuevo a extranjeros, y surge como fenómeno el refugiado.
A finales de los setenta, la Comunidad Europea iniciaría acuerdos comerciales y de cooperación con Regiones de mayor interés, concediendo Tratos Preferenciales, excepcionalmente para las excolonias de Francia, Bélgica, Alemania e Italia, en África, Caribe y Pacífico, así como en la Cuenca Mediterránea (España y Portugal), y Países del Medio Oriente.
A esos Acuerdos se sucedieron acercamientos hacia Iberoamérica, estableciéndose «relaciones especiales» con Estados Unidos, Canadá y Japón, en forma de Acuerdos Sectoriales. A finales de los ochenta se cubrirían la mayoría de Acuerdos con el resto del mundo.
3. De 1985 a 1993, momento de auge de la ilegalidad o irregularidad laboral de los extranjeros extracomunitarios, vinculado al sector servicio y economía sumergida. Este período se caracteriza por la legalización de la libre circulación de ciudadanos europeos mientras se refuerza la persecución, mediante controles de acceso, permanencia de extracomunitarios, y las estancias clandestinas. En 1985, se firma el Acuerdo de Schengen que eliminaría todos los controles fronterizos para 1990, pero la caída del muro de Berlín en 1989 suspende aquella decisión, aprobándose de nuevo la libre circulación de personas y mercancías entre países europeos en enero de 1993, aunque no de ciudadanos de terceros países. Los gobiernos de la Unión Europea continúan otorgando permisos de residencia y status de refugiados, pero estos no cuentan con la posibilidad de desplazarse a otros países comunitarios.
En el Acta única europea (1986) se empieza a destacar, frente a valores económicos, la defensa de la democracia, derechos humanos, libertades fundamentales, fortalecimiento de la seguridad Europea y mantenimiento de la paz en el mundo.
En esta fase o período la migración del Sur empezó a considerarse como un contenido de seguridad dentro de las reuniones bianuales del grupo Trevi (terrorismo, radicalismo, extremismo y violencia), constituido por los Ministros de Justicia e Interior en Schengen, insistiendo todos para que España e Italia refuercen los controles para que no pasen terceros extranjeros, muy especialmente del Sur.
La ruptura del bloque soviético 1989-1992, desarticuló Acuerdos Comerciales de la Comunidad Europea, generando, por razones de seguridad, en los Países del Este un paréntesis de aquellos Acuerdos, a efectos de contener la expansión del comunismo y migraciones masivas, preocupando en esos momentos el resurgimiento de nacionalismos y conflictos de carácter étnico y religioso, fuera del bloque soviético, así como la transición a la democracia de aquellos países. La nueva coyuntura significaba un mercado nuevo con potencial y mano de obra calificada, así como receptores de inversiones en infraestructuras, perfilándose Polonia, Hungría y República Checa, como futuros socios de la Unión Europea a partir del 2000.
A principios de la década de los noventa, al mismo tiempo que se produce la fractura del bloque soviético, otros países como Turquía, Israel, Marruecos, Malta y Chipre, solicitan la adhesión a la Comunidad Europea, arguyendo unos y otros razones geoestratégicas, respondiendo aquélla la necesidad de insertar los valores inspirados en Mastrich sobre principios democráticos, celebrándose en cambio Acuerdos de Partenariado, extendiéndose ésta relación con países de América Hspana y Asia, mediante acuerdos de «tercera generación»; y con Canadá, Estados Unidos y Japón, a partir de 1991, mediante «los acuerdos trasatlánticos». La Comunidad Europea estableció desde un principio de su gestión lo que ha significado la estrategia de «círculos concéntricos»; primero, expansión hacia Europa Nórdica y Alpina; después por razones de seguridad con el Este de Europa, fracasando las dos debido a la reticencia de Suiza a integrarse y la no adhesión de Noruega, motivadas éstas por la neutralidad en materia de defensa y preservación ecológica; y con los países fuera del bloque soviético, por diferentes niveles de desarrollo respecto de Europa. Así las cuestiones, la Comunidad Europea se decidiría por nuevas fronteras extendiéndolas a los países del Medio Oriente y Cuenca Mediterránea.
4. De 1993 a 2001, período éste coincidente en Europa con un deterioro de la economía, implemento del paro y falta de recursos sociales, a lo que se une un proceso radical de convergencia económica. Es un período marcado por la armonización legislativa en materia de asilo y refugio, dando respuesta a problemas de presentación por demandantes de asilo en varios estados de Europa; en materia de inmigración irregular; y transferir el contenido migratorio a los del Ministerio del Interior a efectos de un mayor control del extranjero residente, poniendo trabas a los procesos de reunificación familiar y vigilancia celosa de matrimonios mixtos.
A partir de la entrada en vigor del tratado de Mastrich, en noviembre de 1993, se destaca la incidencia que ha adquirido la defensa de la democracia parlamentaria, economía del mercado, y el respeto de los derechos humanos dentro de la agenda internacional, valores o principios rectores para cualquier país que pretenda integrarse a Europa.
Desde 1995 se viene manteniendo la especulación de que si Europa se deteriora económicamente y la situación de los países emisores es de recuperación por inversiones del Norte, los flujos migratorios pueden desinflarse, lo que es una nueva hipótesis de difícil logro, según los informes, donde todos apuntan que la reunificación familiar, incentivará aquellos flujos, siendo estos incontrolables.
A partir de la conferencia de El Cairo, 1994 (conferencia mundial de población de la ONU), se refuerza el papel de las organizaciones internacionales que tienen opinión sobre cuestiones de emigración y terceros extranjeros, apostando la misma para documentar a los migrantes y favorecer la reunificación familiar.
A partir de la conferencia de El Cairo, el planteamiento consiste en qué hay que hacer para evitar flujos migratorios, elevándose por expertos las recomendaciones de que las políticas del Norte favorezcan en sus políticas económicas la estructuración económica y financiera del Sur y entre los asesores franceses se considere la posición del codesarrollo, que consiste en unir la inmigración con el desarrollo de los países expulsores, promoviendo derechos plenos a inmigrantes regulares con estancias superiores a cinco años.
Al lado de estas consideraciones, el gran reto referente a presencia de terceros extranjeros y su afectación al medioambiente, siendo éste la médula de la presente ponencia, consiste en lograr un desarrollo sostenible, concepto éste que significa satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las nuevas generaciones, idea ésta considerada en la Conferencia de Río de Janeiro, Brasil, 1992, donde se vincularía el contenido ecológico con el desarrollo sostenido y estos con el problema Norte Sur.
Las Organizaciones no Gubernamentales de Desarrollo entienden el desarrollo sostenible como erradicación de la pobreza; mejora de la calidad de vida humana, dentro de la capacidad de carga de los ecosistemas que proporcionan soporte a la vida; defensa del medio ambiente; bienestar de las comunidades; y defensa de los derechos humanos.
Actualmente están presentes una serie de retos a la cooperación del desarrollo sostenible, entre otros la universalidad de las leyes del mercado que exigen de la globalización de la economía, determinado ésta por un pensamiento único. Otro reto consiste en la persistencia de la pobreza, fracturándose más las distancias entre países pobres y ricos, evidenciándose un aumento notable de bolsas de pobreza en el Sur del Norte; y por último se observa y detecta una pérdida de protagonismo de los gobiernos en el desarrollo económico, siendo sustituidos estos por empresas trasnacionales.
Situados en la Cuenca Mediterránea, el fenómeno migratorio e impacto ambiental de movimientos de terceros extranjeros, se explica con los siguientes panoramas:
a) En su seno se aducen enormes diferencias económicas, civilizaciones, religiones, políticas, sistemas de gobierno, idiomáticas, hábitos, vestidos, costumbres, estilos de vida, etc.
b) Es una zona en continua lucha contra la desertificación, protección de la biodiversidad y turismo sostenible.
c) Están presentes niveles de desigualdad económica que en términos de renta media per cápita, respecto de la Unión Europea es de 1 a 20; y en concepto de dependencia comercial, la Unión Europea representa el 40% del total de exportaciones a Países Árabes, mientras que las importaciones sólo representan un 4%.
d) La ayuda del Norte al Sur Mediterráneo consistiría en invertir en el Sur para aprovechar la ventaja de una mano de obra más barata; crear empleo en el Sur para evitar la migración al Norte; y liberalizar progresivamente el acceso mutuo a los mercados.
e) La desigualdad económica y la proximidad geográfica son, entre otros, los factores fundamentales de la migración de terceros extranjeros del Sur al Norte, favoreciendo aquellos movimientos la abrumadora diferencia de tasas de fertilidad y crecimiento demográfico entre el Norte y el Sur; el envejecimiento del Norte frente a la rejuvenilización del Sur; e imposibilidad de absorber por el Sur su demanda laboral, condenados sus pobladores al paro y abandono del campo.
f) Más de seis millones del Sur del Mediterráneo viven actualmente en la Unión Europea. Su procedencia es de un 50% de Turquía; de un 22% de Marruecos; y un 12% de Argelia. Los destinos preferentes son Alemania, 43%; y Francia, 32%.
g) La cooperación con el Sur es percibida por la Unión Europea como una amenaza, criminalizando así a terceros extranjeros en Europa, constituyéndose la Europa de Schengen en una fortaleza frente a los «sin papeles».
Europa, el Norte del Mediterráneo, en relación con el posible impacto medioambiental de presencia masiva de terceros extranjeros, se hace presente, aquí y ahora, con un bloque económico sólido y una unidad monetaria; es una de las zonas más ricas del planeta; es un proyecto político organizado y cargado de instituciones armonizadas; y últimamente se mueve en el espíritu de la cooperación y el codesarrollo con el Sur por sentirse amenazada en su bienestar, derivado de las migraciones. En este orden, frente a la solidez del Norte, la Cuenca Mediterránea presenta una economía débil, pobre o muy pobre, con proyectos políticos vinculados al Islam, a enfrentamientos internos y a tensiones derivadas de la descolonización, aparte de la degradación ambiental en el cual están sumidos.
El impacto ambiental de la Cuenca Mediterránea ha motivado la Conferencia Euromediterránea, celebrada en Barcelona, 1995, que fue fiel reflejo de las amenazas derivadas por la inestabilidad política y económica de la zona; luego en Malta, 1997, donde se manifestaría el contexto de inseguridad de la zona y su repercusión en el Norte; y también en el Tratado de Amsterdam, donde se ha incluido un protocolo sobre la aplicación de principios de subsidiaridad y proporcionalidad que permiten a las regiones del Mediterráneo a participar en fondos de cohesión y estructurales, concebidos estos para financiar proyectos medioambientales.
Descendiendo un nivel regional, España, el Norte del Mogreb, siente la amenaza de la presión demográfica superconcentrada en la región y las posibles olas sucesivas de terceros extranjeros migrando hacia las zonas de Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, regiones éstas que igualan o superan el promedio europeo del PIB y que avanzan hacia la convergencia real; percibe además, y ahí están los mensajes, sobre la maduración e implemento de actitudes xenófobas y racistas entre los españoles respecto de estos terceros extranjeros; teme por la alta competencia de sectores ligados al turismo por excesiva rivalidad con las regiones del Sur, zonas donde los costes laborales son más inferiores que en España; y por evidente, también, se siente la amenaza del impacto que podría producir la liberalización de sectores de frutas y hortalizas, como el sector servicios, en el Sur, situándose estos en posición altamente competitiva que podrían poner en riesgo la economía española.
Un análisis somero de los potenciales terceros extranjeros que viven en el Mogreb desvela, entre otras cuestiones, lo que sigue: un 75% de la población rural no tiene acceso a agua para el consumo; consta ochenta millones de analfabetos, setenta y tres millones que viven por debajo del límite mínimo de pobreza y diez millones subalimentados. Estos factores junto a la desigual distribución de la renta; abundante población juvenil; grave insatisfacción de necesidades humanas básicas; proximidad y relaciones coloniales históricas; existencia de redes de inmigración; llamada a la facilidad de emplearse como sumergido; y el impacto que produce la remisión de divisas de inmigrantes ya residentes, explican los flujos de migración de terceros extranjeros del Mogreb y su presencia en España, entre otras naciones de Europa.
En este orden, los datos constatan que un 1,1% de la población total ocupada en España se concentra entre terceros extranjeros, estableciéndose en las ramas de actividad del servicio doméstico, restauración-hostelería, construcción, comercio al por menor/venta ambulante, producción agrícola y servicios a empresas. Los terceros extranjeros regularizados en España geográficamente se sitúan en el Litoral Mediterráneo, un 48%; en Madrid, un 31% y un 29% en Cataluña. El peso dentro de ese 1,1%, sólo de marroquíes es del 38%, aunque el número de indocumentados o sin papeles, entretenidos en economía sumergida, marginación, etc. puede situarse aproximadamente en los cuatrocientos mil, de los seiscientos mil que constan en las citas oficiales.
PRIMERAS CONCLUSIONES
Aparte de los tópicos de siempre de que las migraciones de terceros extranjeros pueden generar comunidades basuras que implementan la marginación y criminalidad, aparte del fenómeno invasivo de contraculturas, basado en criterios religiosos más o menos fanatizados que incidan sobre un estilo de vida, aspectos estos vendidos por algunos intolerantes y políticos del Norte, paso a destacar los factores positivos o gratificantes que impactan sobre el medio ambiente y que significan las migraciones de terceros extranjeros en los países del Norte, a saber:
1. Se colabora al desarrollo sostenido de los países receptores y mantiene al mismo tiempo, el desarrollo sostenido de las familias e industrias básicas en los países emisores.
2. Se reduce y posiblemente se elimina la desigualdad en el Sur, mediante la colaboración del desarrollo sostenido del Norte.
3. Obliga por parte de los países receptores a la creación, promoción y mantenimiento, en la línea y puntos de parada del flujo migratorio de terceros extranjeros de una red singular de servicios sociales, salud, seguridad, trabajo, educación, vivienda, etc. que gestionaran y trataran el problema, sirviendo, en el caso de falla de los mismos para su denuncia en contenidos de competencia y claridad.
4. Ocupa a terceros extranjeros en tareas descalificables o no agradables para los del Norte, siendo éstas necesarias.
5. El tercer extranjero cubre con su presencia en los países receptores un déficit de población del Norte y además rejuvenece la población.
6. Diversifica y deriva a la cultura dominante, introduciendo otros matices o mix.
7. Incorpora otros estilos de vida a considerar como alternativa.
8. Introduce en el ambiente urbano elementos arquitectónicos rompedores que pueden contribuir a dar un carácter peculiar al mismo.
9. Promueve flujos de persona, vehículos, mercancías, dinero, valores, etc. que obligan a crear estructuras.
CONCLUSIÓN FINAL
Ante la evidente presencia de terceros extranjeros, empujados por razones necesarias, y que alcanzará su cenit y momento de inflexión en el 2010, aparte de planteamientos policiales de control en fronteras y en los espacios urbanos, los datos persisten en que debe regularizarse la presencia de los mismos en función de la demanda de trabajo por zonas y regiones del Norte que así lo precisen, urgiendo que el Norte alimente la ejecución del codesarrollo en el Sur, a efectos de paliar la reunificación familiar de terceros extranjeros.
BIBLIOGRAFÍA
· Cooperación mediterránea. Javier Cisneros. Coordinador de Proyectos de Cooperación. MED Forum.
· Inmigración y Cooperación. Graciela Malgesini, La factoría, n° 6 junio-spetiembre 1998.
· El impacto de la posguerra fría en las relaciones internacionales de la Unión Europea, 1989-1996, Judith Arrieta Munguía.
· wwv.hemerodigital.unam.mx.
· Los sociólogos como profesionales en el campo del medioambiente. Mercedes Pardo. Boletín del Colegio de Políticas y Sociología, 1994.
· II Jornadas Parlamentarias del Arco Mediterráneo. Julio Añoveros Trías de Bes, Sitges, 3 y 4 de octubre 1998.
· Medios de comunicación, conflictos y tercer mundo. Antón Valero, Edición Virginia Montañés.

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