lunes, 11 de junio de 2007

asunto elósegui

El servicio de escucha de Radio España Independiente en fecha 23 de septiembre de 1970 se hace eco de que un tal Joseba Elósegui se encuentra en un hospital municipal después de inmolarse con fuego y arrojarse con ocasión de ceremonia inauguración del Campeonato del Mundo de Pelota, gritando al tiempo Gora Euskadi Askatuta, denunciando aquella emisora con ocasión de este acontecimiento la persecución que sufren los pueblos de Euzkadi, Cataluña y Galicia.

La prensa editada en Bayona, entre otras Embate, número 179, en fecha 24 de septiembre de 1970, dice sobre Joseba Elósegui que tiene 54 años, reside en San Sebastián y dirige un negocio de antigüedades, añadiendo que está casado y es padre de una familia numerosa, gozando de popularidad, añadiendo que cuenta con muchos amigos por ser Joseba una persona muy abordable y de compañía agradable. Afirma aquella publicación que es un fervoroso católico practicante, que ama la vida, mostrándose muy dichoso y feliz por estar entre los suyos.

Las noticias que surgen alrededor del 18 de septiembre de 1970 sobre la inmolación de Joseba Elósegui dicen que con ocasión de la apertura de los séptimos campeonatos del mundo de Pelota Vasca, celebrados en el frontón de Anoeta de San Sebastián, presididos éstos por el General Franco, un hombre se quemó, presentando este evento la propaganda con referencia a un sujeto que ha realizado una acción, movido aquél, por un desequilibrio, agitación y cargado de alcohol.

Según testigos y en referencia a las noticias respecto a la inmolación con fuego de Joseba Elósegui se manifiesta que el día 18 de septiembre de 1970 sobre las diecinueve horas y veinte minutos, en la delantera de sobrepalco, en ángulo, y próximo a la barandilla, aquéllos observaron como un individuo hacía movimientos extraños con sus manos a la altura del pecho, prendiendo sus ropas de fuego y como ese individuo saltó desde los escalones hacia la barandilla, arrojándose hacia la parte inferior del frontón de Anoeta, reconociendo, sin ningún género de dudas, a Joseba Elósegui al que conocían por haber trabajado en fechas anteriores en un bar de la Alameda de Calvo Sotelo, que reza con el nombre de El Choco, donde Joseba era cliente habitual.

Un teletipo emitido por la Policía da cuenta a las veinte horas y quince minutos del día 18 de septiembre de 1970, que un individuo, aún no identificado, rociado de gasolina, e incendiado al estilo bonzo se arrojó desde la tribuna a la cancha del frontón ardiendo, arroyando en la caída a un Inspector de Policía, a un suboficial de Marina y a una señorita, ésta con llamas y quemadura en el pelo, procediendo la policía en el revuelo a intervenir las fotografías a un periodista, allí acreditado.

La cuenta del evento cita que sobre las diecinueve treinta horas, cuando estaban presentes los siete equipos participantes en el sexto campeonato del mundo de pelota, desde la localidad número dieciocho de la fila sexta de la cancha un individuo se lanza envuelto en llamas desde las localidades altas y esquinas de las butacas de sobrepalco, cayendo al lado de un Inspector de Policía y de una mujer que salió con el pelo ardiendo, corriendo ella muy asustada por la cancha del frontón, auxiliándola un grupo de pelotaris que acuden a protegerla, y apagar las llamas que queman su pelo, añadiendo la cuenta de que Joseba portaba una botella de agua de Insalus, conteniendo ésta alcohol, rociándose con un vaso de vidrio, desplazándose hasta la barandilla de delantera, donde estaba emplazado un tal Demetrio, empleado de Televisión Española, al cual pisó la mano que tenía apoyada en la barandilla. Se añade que Joseba Elósegui vestía chaqueta de punto de color azul, camisa de lana azul, pantalón de color gris, camiseta y calcetines de color gris, zapatos de color marrón, interviniendo la policía un carnet de donante de sangre y un reloj parado a las diecinueve horas y veinte minutos.

En esta cuenta se manifiesta además, que en la mañana del 18 de septiembre de 1970 Joseba Elósegui estuvo en el frontón, quedando con un amigo, propietario de un bar, a las quince treinta horas, sabiendo Elósegui que éste serviría unos jamones a los pelotaris en la sala de fiestas El Trinquete; que Elósegui entró en el frontón después de hacerlo el General Franco, rociándose de alcohol en el tercer retrete y que bajando los escalones es cuando prendió una cerilla, destacando en la cuenta que aquél tenía entrada para acceder al frontón; que no estaba bebido, que sólo había ingerido media copa de Carlos I; y que se lanzó desde la barandilla de pie sobre los espectadores; y que cuando esto aconteció Joseba Elósegui contaba cuarenta y siete años, presentando al ingresar en el hospital shock traumático, conmoción cerebral, herida contusa en cuero cabelludo y quemadura entre el 10/13% de superficie corporal, recuperándose a las sesenta horas de estancia en el mismo.

Aquella cuenta dice que hubo un Inspector Jefe de Policía, procedente de la plantilla de Elche, que fue afectado con ocasión de la caída de Joseba Elósegui, presente allí por razón de servicio, ocupando asiento en la primera fila, butacas quinta y sexta, junto a otro Inspector de Policía.

Las investigaciones inmediatas pusieron en evidencia que el propietario del bar que facilitó el acceso a Joseba a las instalaciones del frontón y otras piezas del mismo eran, aparte de amigos, convecinos; que Joseba Elósegui entró en el frontón alrededor de las diecinueve horas y diez minutos cuando todos los elementos de seguridad y de protección del General Franco estaban en sus puestos; que Joseba Elósegui ocultó la botella de alcohol en el transcurso de la mañana, aprovechando la gestión facilitada por su amigo al desplazar los jamones al frontón, escondiéndola en un resquicio de un water; que Joseba Elósegui no intentó en ningún momento suicidarse arguyendo que si así lo hubiera dispuesto se hubiera rociado con gasolina y no con alcohol, añadiendo que se dejó caer de pie sobre los espectadores y no de cabeza, y además dirigiendo su caída al lado del único extintor de incendios en el frontón de Anoeta mostrando además un mensaje consistente en renovarse Joseba con fuego y presentarse inmolado delante del que fue el autor de la destrucción de Guernica. La investigación en una de sus conclusiones manifestaría que entre el público, cuando vio aquella inmolación, algunos exclamaron que aquello era una bomba, otros, una bandera quemada, y otros más un sujeto electrocutado o un muñeco ardiendo, reclamando los funcionarios calma al público con mucha entereza, secundando acto seguido la mayoría del público exclamaciones y vítores a España, y al Jefe del Estado, por cierto éstos vítores surgieron entre los funcionarios de policía de servicio dispuestos estratégicamente entre las distintas localidades que ocupaban, que eran muchas.

Un sacerdote en la capilla de la Virgen del Carmen de Pasajes el 20 de septiembre de 1970 se refiere a esta inmolación con fuego de Joseba Elósegui como un acto de heroísmo, y en Lezo, un hombre se dirigió al público, con ocasión de fiestas, para que todos guarden un minuto de silencio por la inmolación con fuego de Joseba Elósegui, en el frontón de Anoeta.

Joseba Elósegui sería custodiado en la habitación 330 del Hospital Provincial, con comunicación, y vigilado constantemente por tres policías armados dirigiéndose este personaje a los policías en vasco, saliendo del mismo el 14 de febrero de 1971 y conducido al Hospital Penitenciario de Yeserías de Madrid.

Telesforo Monzón afectado por la inmolación de Joseba Elósegui lo cita y presenta como un héroe nacional, describiendo que aquella inmolación era un mensaje de respuesta al fuego de Guernica, destacando de Joseba el hecho de que con veinte años, en 1936, se enroló en el Batallón de Saseta del Gobierno Vasco, donde ascendió al grado de Capitán, padeciendo junto a sus doscientos hombres el bombardeo de la aviación y el incendio en Guernica. Telesforo Monzón añade sobre Joseba Elósegui que en su vida franqueó cuarenta y cuatro veces la frontera.(1)





(1).- En mayo del 2001 falleció a los 93 años Faustino Pastor Gurrutxa, “Basurde”, gudari de los batallones Saseta y Sukarriete, que fuera miembro de la red de información y espionaje Guernica. El tal Basurde se alistó en le Batallón Saseta en los inicios de 1936 como ametrallador, siendo testigo directo en Guernica, rindiéndose ante los italianos en Límpias, (Cantabria); luego huido de Santoña, dirigiéndose a Barcelona y después a Francia donde contactaría con Joseba Elósegui al cual introdujo en la red Guernica, organizada bajo la dirección del lendakari José Antonio Aguirre, que desde Nueva York orientaba e informaba a los aliados sobre los alemanes en España y Europa. La red Guernica eran 46 agentes vascoespañoles en 1943, distribuidos en París, Bayona, Pau, San Juan de Luz, y Bajos Pirineos.

Joseba Elósegui ha escrito un manuscrito “Morir por algo” que integra una introducción, biografía, y estados de ánimo. En la introducción Joseba se declara idealista, creyente y rebelde por la opresión que padece admirando la gesta de un joven revolucionario que se inmola por el fuego cuando su patria fué ocupada por los rusos. Joseba dice pertenecer a una familia muy religiosa, de carácter estricto, con fuete disciplina, hablando entre ellos y desde niño el vasco, prohibida esta lengua en la calle y en la escuela, añadiendo que en la Guerra Civil Española se engancharía a los gudaris, siendo apresado después de un año de resistencia en Santoña por los italianos cuando él era capitán del ejército vasco, manifestando que sería condenado a pena de muerte por rebelión, luego conmutada y permutada por un nacional, desplazándose al frente de Aragón y Cataluña, donde mandaría un batallón, pasando al final de la guerra a la región de Perpignan a un campo de concentración, de donde se escaparía para ocultarse en el Pais Vasco Francés hasta que declarada la Segunda Guerra Mundial, en 1939, se apunta como voluntario al ejército francés, destinado como trabajador en un arsenal. Joseba Elósegui, en 1942 pasa a la resistencia con carta de identidad falsa donde figura que es agricultor en Arbone, dedicado a pasar hombres y documentación en la frontera, entre Bayona y San Sebastián. Joseba, en aquél manuscrito manifestará que sufrió una gran decepción cuando los americanos resolvieron mantener a Franco por lo que en la noche del 17 de julio de 1946 decide plantar una enorme bandera vasca en la cima de la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián, motivo por el que sería detenido y preso en Ondarreta.(2)

En la tercera parte de su manuscrito, Joseba, empujado por la opresión y el patriotismo, así como por la desesperanza, debido al mucho quehacer de los tribunales de excepción y torturas en las cárceles franquistas decide realizar un acto simbólico haciendo caer el fuego del cielo a los pies de Franco y de ese modo repeler el crimen de Guernica y la frustración que padece.

Hasta aquí el nudo gordiano: la inmolación de un individuo y las noticias que de un lado y otro van apareciendo respecto del personaje que venimos aludiendo, y además el propio cuento de Joseba, narrado en su manuscrito “Morir por algo”. La cuestión es, ¿quién era este personaje, y qué sabemos de él?.







(2) Joseba Elósegui cuenta en su escrito Morir por algo que antes de la Guerra Civil conoció a José Rezola, abogado, de Villafranca de Oria,, integrante de una sociedad montañera de matiz nacionalista y que después de que aquel saliera de la cárcel de Burgos en 1943 le animó a colocar una bandera vasca en un lugar significativo y que en esta acción le ayudaría un tal Pedro Munguía, nacionalista. Por la colocación de esta bandera serían encartados en diligencias aparte de Elósegui, Pedro Munguía y también Ignacio Urbieta Echave.

En este orden y acorde con las fuentes consultadas, éstas nos dicen que Joseba Elósegui nace el 6 de noviembre de 1915 y que fallece en los noventa del pasado siglo; que se casó y tuvo cuatro hijos, y que fue profesor mercantil, figurando en la lista de senadores (3) desde 1977 hasta fechas recientes, aunque existen constancias documentales de que el 25 de marzo de 1993, Carlos Garaicoechea encargó a un tal Joseba Elósegui y a los gudaris en Durango para celebrar encuentros con Txomín de ETA; que fue Senador en tres legislaturas, electo por Guipúzcoa desde el 1 de marzo de 1979 hasta 1989, por el Partido Nacionalista Vasco trabajando en las comisiones de Defensa Nacional, Obras Públicas y Urbanismo, Suplicatorios y Derechos Humanos; y que entre 1980/83 fue miembro de la Junta de Seguridad del Gobierno Vasco. Estos datos citados constan en la ventana del Senado, a los que hay que añadir en fuentes de otra procedencia que Joseba Elósegui era experto en arte y decoración, comerciante en Bellas Artes en París y que fue condenado a muerte en 1937, siendo en aquella fecha canjeado. Las fuentes documentales e informes citan que José Félix Elósegui Odriozola nace en San Sebastián, que celebró matrimonio con M.T. Mendizábal, de profesión médico analista, y madre de cuatro hijos, dos varones y dos hembras y que aquél era propietario de una tienda de antigüedades denominada Arte San Telmo, simultaneando esta tarea con la de decorador.

Acorde con las fuentes documentales se deduce que la familia de Joseba Elósegui está muy vinculada a San Sebastián y según informes emitidos en septiembre de1936 consta que su padre Narciso se dedicaba a la Correduría de Fincas, constituyendo su familia una de las más destacadas, y reconocidas por su raigambre nacionalista y separatista, aunque un hermano de Joseba, oficial de aviación, fallecido en accidente de moto, era un afecto al Glorioso Movimiento Nacional, y otro de sus hermanos, Jesús, estaba huido en Francia por pertenecer al Partido Comunista. Joseba era conocido en los ámbitos de San Sebastián en la década de los cuarenta como el “El pasador”, y “El Félix”, apodo éste que confunde a la identidad de Joseba Elósegui, ya que éste utilizaba el nombre de José Félix cuando su verdadero nombre era el de José Manuel, fechas éstas donde él utilizaba el nombre de José Félix, de profesión oficinista.





(3) En otoño de 1984, gobernando el Partido Socialista, el Grupo 16 (Diario 16 y Cambio 16) organizan unas jornadas en Madrid sobre violencia política y terrorismo que incluye un seminario donde se desvela la actitud oficial del Gobierno sobre Euskadi, ETA y el pueblo vasco, participando en el mismo José María Benegas y Mario Onaindía, entonces Secretarios Generales del PSE-PSOE y Euskadiko Ezquerra concluyendo en sus declaraciones sobre el déficit de legitimación del Estado Español en Euskadi y que la violencia de ETA nace como una respuesta del Estado Español franquista; reconociendo la veracidad generalizada de las torturas a los vascos cometidas por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad durante el franquismo y posfranquismo; además se cuestiona la utilidad del Partido Nacionalista Vasco para los propósitos del estado Español en Euskadi. Joseba Elósegui ante esta declaración y otras más manifestará que la violencia política vigente en Euskadi tiene su origen en la Guerra Civil, desde el 18 de julio de 1936, donde el hombre vasco nacionalista tomó las armas en defensa propia, enfrentándose al terrorismo de una facción enemiga de la democracia instaurada, añadiendo que ningún nacionalista vasco se escandalizó a raíz del atentado al Almirante Carrero Blanco ni cuando fue muerto el policía Melitón Manzanas.

La inmolación de Joseba Elósegui es coincidente en el tiempo con los hechos que siguen, entre otros: se declara el Estado de Excepción en Guipúzcoa; se inician movilizaciones obreras, estudiantiles y muere el estudiante Enrique Ruano; Juan Carlos es designado sucesor de Franco; estalla el escándalo financiero Matesa; se produce un reajuste del Gobierno que implica a trece Ministros; el Congreso de Abogados lee un comunicado referente a los presos vascos pidiendo la abolición de los Tribunales de Orden Público y de la pena de muerte; y además en el Proceso de Burgos se juzga en 1970 a dieciséis personas acusadas de pertenecer a ETA, motivado por un Sumario el 31/69 que interesó a todos los medios nacionales e internacionales por el número de encausados; por las penas solicitadas, seis penas de muerte y setecientos cincuenta y dos años de cárcel; y la singularidad de un Consejo de Guerra. Coincidente con este proceso y aquellos acontecimientos ETA secuestra al Cónsul Honorario alemán para atraer más la atención internacional, alimentando actitudes desfavorables respecto al asesinado por ETA Inspector Melitón Manzanas, al ser éste señalado, con harta reiteración, como torturador en los interrogatorios, aumentando la notoriedad del juicio por la intervención de altas jerarquías eclesiásticas a lo que se suma que dos de los encausados en el Proceso eran sacerdotes, Julián Calzada Ugalde y Juan Echave Garetacelaya (4)

(4) El veinticinco de diciembre de 1970 ETA libera al Cónsul Alemán y por la presión interior/exterior, el Gobierno, a los pocos días decide por unanimidad conceder indulto en todas las penas de muerte, permitiendo a los encausados declarar sobre las torturas padecidas, volviéndose El Proceso de Burgos contra el régimen de Franco. Se dice en el Acta 28 del Consejo de Ministros de diciembre de 1970 “ que para exterminar a ETA lo más útil era conceder el indulto en todas las sentencias, no por razones humanitarias, sino políticas, añadiendo que la clemencia del régimen humillará a ETA.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- El juicio de Burgos. Un juicio para todos. Ediciones Órdago. San Sebastián

- Historia de España, Nº 13 Historia 16

- Cuadernos para el diálogo, número extraordinario XXXVIII, diciembre 1973

- Historia de España, Alfaguara. Ramón Tamames

- www. senado.es solo texto senadores

- www. iespaña.es – Historia de Hoy/Burgos

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